El faldón no era el encargo sino el regalo.
Pero este faldón se merecía su propia entrada.
De piqué blanco con puntitos azules y una puntilla estrechita superbonita.
La textura del piqué, un poco más grueso de lo normal, le daba un montón de cuerpo al faldón.
Y como os he dicho el faldón era el complemento de un conjunto que iba en una bolsita de la misma tela haciendo juego.
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